domingo, 21 de junio de 2015


Los escritos de mi papá

(Junio 21 de  2015, Día del Padre)


A mi papá le gustaba escribir y eso, visto a la distancia, no deja de ser admirable, considerando que ni siquiera pudo concluir la primaria. Además de que es más fácil encontrar personas que les guste leer que personas que les guste escribir. Regularmente ambos hábitos y gustos estén muy ligados, pero no recuerdo a mi papá como un amante de la lectura, posiblemente porque siempre estaba muy ocupado.

Tal vez nunca sabremos de dónde le surgió el gusto por escribir. En algunas de sus pláticas nos contaba que desde que era soltero había personas que lo buscaban para que escribiera algo que luego quien hacía el encargo, hombre o mujer, presentaría como si fuera escrito por él mismo. Así que mi papá la hacía de escribano cuando algún enamorado quería declararse o cuando algún despechado necesitaba desahogarse, entre otras situaciones.

Hay un cuaderno donde dejó una parte de sus escritos, de ahí tomé el que aparece arriba. Pero mucho de lo que escribió en sus últimos años no lo hacía en libretas, a pesar de que  le llegamos a regalar bonitas plumas y libretas, con la petición de que ahí registrara sus pensamientos y sus recuerdos. 

Como que él prefería escribir en lo primero que encontraba en el momento en que le llegaba la inspiración. Cuando estaba en la tienda el papel que le quedaba más a la mano era el de envoltura, así que ahí era donde escribía y pronto esos escritos se perdían.

¿Sobre qué escribía mi papá? A mí me daba la impresión de que a mí papá le agradaba el simple hecho de escribir, como un ejercicio relajante. Pero en sus escritos solamente recuerdo haber visto versos, con diversas métricas y rimas; pero nada que haya escrito en forma de prosa. Recuerdo poemas escritos como con la aspiración de que llegaran a convertirse en canciones; en bastantes casos su tema principal era el amor, pero también escribía sobre temas religiosos, nacionalistas, corridos y hasta versos chuscos. En algunos casos simplemente transcribía alguna canción o poema que le gustaba.

Se notaba un gusto por escribir con la mejor caligrafía posible. Para él era muy importante tener una bonita letra y se sentía muy orgulloso de quienes tratábamos de cuidar la forma de escribir.  Creo que ya en otra ocasión he comentado también que para él un buen profesor necesariamente debía tener una bonita letra y era uno de los principales criterios con los que los evaluaba. Así que su escritura buscaba ser clara y elegante. Desde el momento de sentarse y prepararse para escribir se notaba la importancia que él le daba al momento; aunque eran inevitables los errores de la ortografía más comunes, como el uso incorrecto de la “h”, o usar la “b” en lugar de la “v”, y viceversa.


Algunos de sus escritos fueron leídos o cantados en eventos públicos. Por ejemplo, versos para leerse al momento de devolver los objetos robados el día de Judas o versitos religiosos para las fiestas de la virgen o del Señor San Miguel; en alguna ocasión, cuando yo era niño, recuerdo que leyeron unos versos que preparó en el festival del 15 de septiembre, antes de la ceremonia del grito. Yo todo chiveado cuando mencionaron su nombre y pidieron un aplauso.

Jesús Cortés